Editorial

Lenguaje claro, comunicación eficiente

absentismo

El lenguaje claro beneficia a todos. El derecho a entender lo que nos afecta es innegociable. Debemos ser conscientes de ello

Instituciones y empresas tienen la obligación de comunicar de forma clara. ¿Cómo es posible firmar un contrato sin entenderlo? La carga de la prueba no recae en nuestro nivel de comprensión lectora. Es una realidad que muchos de los textos de administraciones y empresas son, sencillamente, farragosos. Es decir, no son claros. Por lo tanto, se antoja lícito sospechar que la exuberante palabrería, sin límites, de enrevesadas frases kilométricas, esconde intenciones aviesas.

El lenguaje claro aumenta la transparencia y la confianza y reduce el riesgo de exclusión lingüística.

El lenguaje claro mejora la comunicación interna y externa, optimiza la transmisión de conocimiento y reduce consultas y reclamaciones. Impacta directamente en productividad y eficiencia y fideliza a usuarios y clientes. También refuerza la confianza y la reputación corporativa.

En cualquier caso, es un derecho ciudadano y una obligación ética. ¿Cómo no comprender plenamente los textos que afectan a nuestros derechos y obligaciones, tanto en entornos públicos como privados? Sin duda es posible encontrar el equilibrio entre el rigor y la comprensión general de la sociedad.

Elucubrar no es comprender

Elucubrar el significado de un texto jurídico, de un contrato telefónico o bancario o de un diagnóstico sobre el estado de salud de un paciente puede generar ansiedad ante las posibles consecuencias de erróneas interpretaciones.

Los usuarios, contribuyentes, clientes, pacientes… llegan, incluso, a sentir miedo o vergüenza ante la posibilidad de no alcanzar a entender lo comunicado.

Sin duda, las normas técnicas de lenguaje claro, de carácter voluntario, facilitan el diálogo con los grupos de interés. La de la Asociación Española de Normalización UNE-ISO 24495-1 consolida un marco de referencia internacional para el uso del lenguaje claro en las comunicaciones. A nivel práctico, la ISO 24495-2 la adapta al ámbito jurídico.

Por su parte, la futura ISO 24495-3 establecerá pautas para la redacción clara en el ámbito de las ciencias mientras que ISO 24495-4 permitirá a las entidades demostrar su compromiso con el lenguaje claro y será certificable.

Lenguaje claro y lenguaje fácil

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