El arte es arte, sea desde la locura o desde la razón

Redaccion

El Arte outsider o arte marginal –folk art, visionary art, grassroot art, naif, raw art-, aunque tiene su propia taxonomía, es totalmente inclasificable, ahí estriba su peculiaridad, singularidad y relevancia

Normalmente, este tipo de arte está hecho por personas que plasman formas para conocerse a sí mismos, sin influencias ni referencias de ningún tipo (academicistas o clásicas), sin pretensiones de alcanzar fama, dinero o prestigio. Incluso algunos no son conscientes de estar llevando a cabo una acción artística. Con el arte consiguen restaurar una comunicación con el mundo exterior, al que habían olvidado por sus “situaciones” mentales.
El arte outsider es un arte desnudo, puro, desprovisto de todo ornamento embellecedor, sin referencias, sin tabúes, sin pretensiones… no buscan imitar, no existen influencias, no se adhieren a ninguna moda, tendencia o estilo… Es un acto creativo desde la esencia del ser humano.
La mayoría son autodidactas, obsesivos y visionarios, otros con conductas delictivas, los más, con trastornos mentales o patologías psíquicas, buscan el automatismo (del que bebió el Surrealismo y el Dadaísmo). El término Art Brut lo creó Jean Dubuffet en 1945 donde presentaba un arte que vive constantemente en el subconsciente, no filtrado por la razón, escatológico, animal, sagrado y metafísico, sin reglas y sin convencionalismos marcados por la cultura imperante. Para Dubuffet el Art Brut era, esencialmente, un conjunto de prácticas (artísticas) producidas fuera de circuito tradicional del arte. Dubuffet reconocía a dos actores o escenarios fundamentales: la creación de los niños y la de los enfermos mentales. Pero cuando Roger Cardinal presenta su término Outsider Art (arte marginal), extiende esta categoría a todos aquellos artistas autodidactas, es decir, sin formación académica, cuyo trabajo discurre ajeno al circuito artístico.
Posteriormente en el 1972, el crítico de arte Roger Cardinal acuña, en su libro Cultural Conditioning, el término Outsider Art (arte marginal). Aquí el autor extiende esta categoría a todos aquellos artistas autodidactas, es decir, sin formación académica, cuyo trabajo discurre ajeno al circuito artístico, e incluso los que deliberadamente se salen del mainstream.
Estas dos últimas décadas ha habido una súbita popularidad del Arte Bruto o outsider, generando un gran interés en el mercado del arte contemporáneo.
Numerosos sitios prestigiosos –museos, galerías y ferias internacionales-, incluida la Bienal de Venecia de 2013, han organizado recientemente muestras de art brut. Pero la novedad radica en acentuar un nuevo enfoque que no destaca la excentricidad, sino la creatividad de este tipo de arte. De este modo, sus fronteras con el arte dominante se disuelven.
Y ¿por qué esta validación repentina? Porque ellos crean puro arte, sin esperar nada a cambio, sin los dictámenes de la moda y cánones imperantes del mercado, crean por necesidad y eso se percibe en la tremenda originalidad de sus piezas. Ellos han vuelto a conectar con la creatividad insondable del ser humano.
Crean mundos radicalmente distintos, y nada repetidos. Ahora se utiliza el término «forasteros conceptuales», acuñado por la crítica de arte del New York Times Roberta Smith, para describir las monomanías conceptuales de artistas que trabajan obsesivamente en un medio determinado, creando un mundo artístico propio. El mercado tiene sus propias herramientas y tentáculos para incluir a cualquier persona y crear productos para que consuma. ¿Se han convertido a los outsiders en insiders?

En este caso los artistas presentes, de esta muestra, comparten en sus respectivas biografías el hecho de ser autodidactas y además tienen una enfermedad mental. También que donde principalmente desarrollan su creatividad y sus capacidades artísticas es en Espacio Visiones de la Fundación Rey Ardid en Zaragoza,

El titulo de la muestra “Cosas del azar” no es baladí. En los encuentros creativos se han cogido revistas y semanales, donde cada participante seleccionaba imágenes por su poder de atracción, por instinto. Esas imágenes servían de inspiración o guía para las obras que se hacían en diferentes técnicas y formatos. El juego es parte de este proceso, que así genera un ambiente idóneo para la creación, eliminando cualquier tipo de presión para tener que crear algo específico. También el pintar juntos, los 4 artistas un cuadro de gran formato, es de alguna manera ese “cadáver exquisito” que realizaban también al inicio del siglo pasado –donde sin saber que es lo que había dibujado el otro artista implementaban otros artistas en el mismo soporte imágenes diferentes, creando una pieza muy singular-.

El azar, junto la irracionalidad, la espontaneidad y el absurdo fue una actitud que surgió con Dadaístas y Surrealistas, cuando desencantados con la sociedad que les toco vivir, junto la carnicería de la Primera Guerra Mundial que mostró lo absurdo que era el ser humano.
Este grupo de artistas, entre los que podemos destacar a Tristan Tzara, Hugo Ball, Francis Picaba, Max Ernst o Marcel Duchamp.

Cada artista tiene un proceder, un estilo, y una manera de entender el arte. Por ejemplo:
Manuel Villanova es un excelente “copiador”. Tiene una gran habilidad manual dibujando, y teniendo un modelo para reproducir, lo hace con gran destreza. Y aunque le cuesta mucho realizar una composición que salga de su imaginación, sabe utilizar de manera intuitiva los colores, siempre muy contrastados y muy llamativos.
Teresa Arciez, es muy creativa, muy ordenada en su proceso mental –aunque se expanda al crear a su alrededor-. Mucho más conceptual y con tendencia a la simplificación (abstracción). Tiene toques naifs en su proceder, que le hace ser única.
Pedro Esbec es un torbellino a la hora de crear. Excelente pintor con grandes dotes para componer escenas sin ni siquiera tener un boceto. Controla la perspectiva y se maneja muy bien con los colores. Con pinceladas sueltas, muy impresionistas. Genera escenas muy sugerentes. Destaca el gran realismo de sus piezas, con toques impresionistas.

El proyecto Arte de tú a tú dirigido por el artista Sergio Muro no pretende ser una actividad de arte como terapia. El proyecto junta a artistas, cual sea su condición y vida personal, que se toman la actividad artística de manera profesional. Aquí estamos hablando de arte, sin etiquetas.
El arte prevalece por encima de todo. Sabiendo que no todo artista está loco y que no todo loco es un artista. El arte es arte, sea desde la locura o desde la razón. De ahí que yo abogue por dejar de etiquetar, no llamemos Arte outsider, llamemos ARTE con mayúsculas.
¿Qué tendrán debajo del sombrero, dentro de su cabeza, no les gustaría por un momento introducirse en ella y formar parte de su chorro de creatividad e imaginación pura?
¡Bendita locura!

Sergio Muro
Creador, docente y gestor cultural