Economía de Mercado (II)
Año 1997, España publica la Ley 54/1997 del Sector Eléctrico atendiendo a losprocesos liberalizadores de sectores promovidos por Bruselas, privatizando así servicios justificados en que los servicios públicos son ineficientes dado que si hay un libre mercado y por tanto una libre competencia bajaran los precios finales al consumidor.
Se rediseñó totalmente la manera en que los consumidores pasamos a pagar nuestro sistema eléctrico diferenciando los costes entre los regidos por el Estado y los fijados por mecanismos de mercado.
Las tarifas de venta regulada congeladas, los costes de generación, los peajes de acceso en aumento comenzaron a gestar una gran bola de nieve que se fue retroalimentando año a año generando una deuda que hoy conocemos como déficit de tarifa. Deuda a abonar, intereses de demora incluidos, a las compañías eléctricas por parte de los consumidores y que no deja de crecer.
No es cuestión de abrumar al querido lector con cifras, pero sí que hay que dar una, 30.000 millones de euros. Hasta ahí han llegado las 20 monedas de plata iniciales. Y subiendo, ya que esta cifra crece exponencialmente y su pago es lineal, por lo que su abono total dista mucho de su finalización.
Pero es vox pópuli por parte de los generadores el hecho de que hay que pagar realmente lo que cuesta la energía y que las energías renovables hacen que aumente la factura eléctrica.
En lo primero podemos estar de acuerdo, pero sin un aumento de las tarifas de una manera injustificada generando beneficios de los llamados windfall profits.
En lo segundo podemos buscar una solución y su nombre es autoconsumo. Es decir, yo, en mi casa me instalo unos paneles solares y me autoabastezco de energía eléctrica, con una instalación adecuada. La parte que no consuma la vierto a la red y echo cuentas mensualmente/anualmente con el Tío Sam. Estas cuentas deberían de ser mínimas, porque mi instalación ha de ser la adecuada a mi consumo.
Cabe recordar que España tiene unas 3.000 horas de sol al año y Alemania la mitad. Pues bien, estos tienen casi 5 veces más de potencia solar instalada. ¿Qué implica esto? Menor dependencia, bajada de precio al consumidor final y lo más importante de todo, un aumento en su competitividad.
En países como Italia, EEUU, Bélgica, Dinamarca, México, Japón se establece un sistema de créditos o abonos por energía vertida a la red o deducciones fiscales.
Esta es la clave. La aplicación de un esquema de balance neto para el consumo de energía por parte del consumidor final mediante fuentes de energía renovables proporcionando un modelo degestión energética más sostenible y eficiente energéticamente, ya que la autogeneración insisto, supone disminuir pérdidas, costes de transporte, distribución y transporte que pagamos a un precio desorbitado en nuestra factura eléctrica.
Pero querido lector, Spain is different! Noviembre de 2013. El gobierno aprueba el denominado peaje de respaldo incrementando en un 27% los impuestos de su factura eléctrica si usted decide generar su propia electricidad y conectarse a la red y verter lo que le sobre. Caso de que no pueda autoabastecerse, la red eléctrica le «respalda» su demanda cobrándosela a precio de sangre de dragón.
Si un gran número de usuarios generasen su propia energía, disminuiría la demanda general de la Red Eléctrica y el beneficio de las grandes compañías productoras se vería seriamente comprometido.
A dicho decreto se han opuesto abiertamente Bruselas, La Comisión Nacional de la Energía, la Comisión Nacional de la Competencia y algunas comunidades autónomas.
Se ha previsto unos ingresos por esta nuevo impuesto de 130 millones de euros y con eso y algún impuesto más que pagamos mes a mes se piensa pagar el déficit de tarifa. Las cuentas no salen. Con ese ritmo de recaudación no puede abonarse el déficit tarifario no nunca, sino lo que es peor, nunca jamás.