El poder de la luz en los campos de refugiados

Juan Royo Abenia

Las cifras hablan por sí solas y las imágenes son un lenguaje directo y un idioma universal. A principios del pasado mes de septiembre, a la sociedad se le helaba la sangre al ver a cientos de refugiados cruzando el mar, saltando alambradas y caminando por carreteras con sus escasas pertenencias, abocados a abandonar sus países para encontrar un lugar seguro para ellos y sus familias.

Actualmente, hay 19,5 millones de refugiados en el mundo y la mitad son niños. Algunos han cruzado las fronteras de sus países para llegar a Europa y otros han decidido instalarse en campos de refugiados cercanos a lo que en un pasado reciente fue su hogar. Unos han tenido que huir de sus domicilios habituales por sequías, inundaciones y escasez de recursos naturales y otros por la situación política de su tierra natal. En ese instante, todos, sean de la condición que sean, dejan atrás su anterior estatus para adquirir uno mucho más difícil: el de ser refugiado.

Consciente de esta situación, ACNUR ha intensificado y multiplicado sus operaciones de ayuda a fin de que a los refugiados no les falte la protección internacional y una asistencia de supervivencia. En el marco de su mandato, ACNUR protege a los refugiados, los identifica, organiza la ayuda humanitaria de emergencia, mantiene corredores humanitarios, aporta refugios seguros, facilita el agua potable y el saneamiento allá donde es necesario y asegura la entrega de alimentos y la asistencia médica, entre otras actividades.

Al mismo tiempo, ACNUR ha incrementado también sus operaciones y su presencia en los países europeos afectados por los recientes flujos de refugiados. ACNUR está apoyando a los refugiados en todas las etapas de su viaje y su personal está en primera línea en todos los países de Europa asegurando que los refugiados reciben la ayuda y asistencia vital, así como la información clave para ayudarles a entender los procesos que garantizan su protección internacional, incluyendo su identificación, su registro, la manera en la que deben de solicitar asilo o cómo acceder al proceso de reunificación familiar o de reasentamiento en un tercer país. A nivel político, ACNUR trabaja sin cesar y de manera privada con cada gobierno europeo con el fin de asegurar que los refugiados tengan acceso libre, claro y seguro a la institución del asilo y al estatuto de refugiado.

Entre las iniciativas más destacadas, la Agencia de la ONU para los Refugiados puso en marcha recientemente la tercera fase de la campaña “El poder de la luz”, impulsada por IKEA, para mejorar la calidad de vida y la seguridad de los refugiados de Asia, África y Oriente Medio.

Durante la misma, la Fundación IKEA donó a ACNUR 1€ por cada producto LED que se vendía en las tiendas IKEA en 40 países en todo el mundo.

Desde el comienzo de la campaña, en 2014, más de 284.000 refugiados y miembros de comunidades de acogida en Etiopia y Jordania ya tienen mayor seguridad por la noche gracias al suministro de más de 56.000 linternas solares y la instalación de más de 720 farolas solares.

Los fondos recaudados para esta campaña ayudan a proporcionar farolas, linternas y sistemas de energía, todos ellos solares, que aportan independencia energética a los refugiados en los campos de ACNUR en Jordania, Etiopía, Bangladesh y Chad, entre otros. Además, se impulsa el acceso a la educación primaria de los refugiados.

Un ejemplo de ello es que 37.000 niños refugiados se han matriculado en escuelas primarias de Bangladesh, Chad y Etiopía y han podido continuar su formación, así como que más de 740 profesores se han formado en dichos países.

Del mismo modo, se han construido 22 plantas de biogás en Bangladesh, que procesan el 15% de los residuos y generan fuel ecológico para cocinar.

Iniciativas como “El Poder de la luz” son un ejemplo de uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos desde ACNUR: el de encontrar formas innovadoras de ayudar a los refugiados, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de muchas personas, atendiendo a sus necesidades básicas y preservando el medio ambiente.

Ana Liria Franch
Presidenta del Comité español de ACNUR