Buenas prácticas empresariales

Juan Royo Abenia

La empresa debe dar un paso al frente como generador de valor para la sociedad. Las buenas prácticas empresariales deben imponerse y verse recompensadas con el aplauso de clientes, proveedores, competidores, empleados y resto de partes interesadas en la empresa. Y para lograr tan loable objetivo, las organizaciones no gubernamentales son un valioso aliado. En todos los aspectos.

La Fundación ONCE y la empresa informática HP, por ejemplo, acaban de firmar un Convenio Inserta para facilitar la incorporación en los próximos 3 años de 15 personas con discapacidad en la plantilla de la compañía. Otra pieza más de las acciones que la Fundación está desarrollando en el marco del ‘Programa Por Talento’ para la formación y el empleo de las personas con discapacidad con la cofinanciación del Fondo Social Europeo. Por supuesto, el apoyo de las Instituciones es imprescindible para generar el adecuado marco en el que cimentar las relaciones. Las sinergias de este tipo de empleo se pueden extender al resto de sociedad ya que permite arbitrar soluciones tecnológicas y ofertas en las que es posible combinar algunas de las herramientas que ambas entidades tienen. Los beneficios para la empresa se pueden encontrar también en el muy corto plazo. Hay que recordar la importancia de las ONG como generadoras de recursos. La propia Fundación ONCE es cliente de HP a quien compra equipamiento informático y servicios tecnológicos para empresas del Grupo Fundosa y centros especiales de empleo.

O Mutua MAZ, que promueve actuaciones de voluntariado corporativo entre sus empleados como elproyecto Hushé liderado por la Fundación SARABASTALL que acompaña a Pakistán a médicos y enfermeros españoles quienes de forma altruista pasan consulta en aisladas aldeas montañosas, atienden a los enfermos y forman a pacientes y lugareños en primeros auxilios y hábitos alimenticios y de higiene, con extraordinarios resultados en cuanto a reducción de cifras de mortandad y aumento de indicadores de calidad de vida. También MAZ acaba de firmar un acuerdo de prácticas laborales con FEAPS, la Asociación de Entidades para Personas con Discapacidad Intelectual o del Desarrollo y sus Familias, una institución sin ánimo de lucro nacida en 1990 y declarada de utilidad pública, que agrupa a la mayoría de las organizaciones que trabajan por y para las personas con discapacidad intelectual y sus familias en Aragón.

Tan solo unos ejemplos de cómo empresas e instituciones deben ir de la mano a la hora de construir un mundo más justo y sostenible.

Juan Royo, director de culturaRSC.com