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¿Puede la defensa ser sostenible?

FEINDEF_Defensa sostenible

¿Es la defensa sostenible una prioridad estratégica para Europa? Sostenibilidad e innovación tecnológica suelen ir de la mano, también en la industria de defensa

Cada vez más actores del ecosistema de defensa, desde instituciones públicas hasta empresas, están incorporando criterios medioambientales más estrictos a sus procesos, productos y estrategias.

El uso eficiente de la energía, el diseño de sistemas más sostenibles o la gestión responsable de los recursos no solo responden a una demanda social creciente, sino que también aportan valor operativo y estratégico. En un entorno internacional complejo, la sostenibilidad se perfila como un nuevo vector de innovación y adaptación.

En este artículo, desde la Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España (FEINDEF) recorremos algunas de las iniciativas y avances más relevantes en este terreno. Una mirada a cómo la defensa también puede pensar en verde.

Un nuevo campo de batalla

Las innovaciones tecnológicas están permitiendo reducir la huella ambiental de sistemas militares sin comprometer su eficacia. Las bases autosuficientes energéticamente ya están en funcionamiento en países como EE. UU., Reino Unido o Noruega.

Los vehículos híbridos y eléctricos también ganan terreno. El Ejército británico ha probado blindados ligeros con propulsión silenciosa, ideal para operaciones furtivas y con menor impacto ambiental. En Europa, consorcios industriales desarrollan prototipos de vehículos terrestres sin emisiones. En España, la Armada estudia el uso de combustibles sintéticos.

Incluso la optimización de radares, sensores y sistemas electrónicos ha dado lugar a equipos más eficientes energéticamente, con menor generación de calor y residuos.

Desarrollo de materiales sostenibles

La sostenibilidad comienza desde la concepción del producto. Muchas empresas del sector están adoptando principios de ecodiseño y economía circular, buscando minimizar el impacto desde la fase de ingeniería. A ello se suma la gestión avanzada de residuos, tanto en procesos industriales como en zonas de operaciones militares, incluyendo materiales peligrosos.

Este enfoque no solo reduce el impacto ecológico, sino que también mejora la eficiencia logística y reduce costes a largo plazo.

Sostenibilidad como criterio estratégico de defensa

La sostenibilidad ha dejado de ser una cuestión periférica para convertirse en un criterio estratégico en defensa. El Ministerio de Defensa de España incorpora objetivos medioambientales en su planificación, con iniciativas para reducir la huella de carbono de las Fuerzas Armadas.

Por su parte, la OTAN ha publicado directrices claras para la transición energética en el ámbito militar, considerando que la independencia energética y la resiliencia ante crisis climáticas son claves para la seguridad global.

Además, los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) empiezan a aparecer en licitaciones públicas de defensa, obligando a las empresas proveedoras a rendir cuentas también en materia de sostenibilidad.

Algunas empresas ya están marcando el camino:

  • Airbus: aeronaves militares más eficientes y con menor consumo.
  • Navantia: programas para incorporar energías limpias y mejorar la eficiencia energética en los astilleros y en la flota naval.
  • Rheinmetall: planes para electrificar parte de sus vehículos de combate.

Si algo está claro es que la defensa del futuro no solo se medirá en innovación o capacidades. También se medirá en emisiones evitadas, materiales reciclados y eficiencia energética. El planeta, al igual que las personas, necesita protección. Y los ejércitos del siglo XXI, más tecnológicos, más autónomos y más responsables, pueden formar parte de la solución.

Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España (FEINDEF), del 12 al 14 de mayo, IFEMA (Madrid)

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