Pinchar la burbuja del autismo

Juan Royo Abenia

El trastorno del espectro autista (TEA) es una discapacidad permanente del desarrollo que se manifiesta desde muy temprana edad. Se caracteriza por deficiencias severas en el lenguaje y la comunicación, ausencia o escaso interés en la relación con los demás y existencia de intereses, conductas y actividades restrictivas estereotipadas y repetitivas.

En la actualidad 1 de 150 niños se ven afectados por el síndrome. En Europa hay 3,3 millones autistas, por encima de la suma de quienes padecen diabetes, cáncer y sida. Cada año la cifra aumenta un vertiginoso 12%. En 6 años el número de casos se habrá multiplicado por 2. En 5 años 1 de cada 50 niños serán autistas.

Los autistas no necesitan caridad ni limosnas. Las personas con autismo demandan integración. El beneficiado de la solidaridad es la sociedad en su conjunto, no solo los autistas. Sin embargo los recortes se centran en los más débiles. ¿Han visto el programa Salvados dirigida por Jordi Évole que emite La Sexta? Podrán comprobar el despilfarro permanente en el que sigue inmersa nuestras administraciones públicas. En connivencia con muchas partes interesadas, claro.

La presidenta de Autismo Europa, Zsuzsanna Szilvàsy, apremia a una urgente concienciación social. Solo así los derechos de los autistas trascenderán al buenismo imperante y se convertirán en realidad a lo largo de su vida. Son derechos fundamentales: el diagnóstico y la educación adaptada a una edad temprana, el empleo durante la edad adulta y el cuidado adecuado para los mayores.

A pesar de ser un trastorno más común de lo que podría parecer, sigue siendo invisible. El autismo no es una enfermedad. El autismo es un trastorno del desarrollo infantil que se manifiesta de forma diferente en unas personas que en otras. No debemos generalizar. El autismo no se significa a través de rasgos físicos, si no del comportamiento. Esa dificultad en la comunicación entorpece aún más su comprensión por parte de la sociedad. Las relaciones sociales se tornan complicadas. Estereotipias y comportamientos repetitivos o inusuales hacen muy dura su inclusión social.

Todos los expertos que trabajan en el tema, desde María Frontera hasta John LeSieur, afirman con contundencia que un mayor conocimiento social sobre la realidad de este colectivo es imprescindible para evitar su exclusión social. La Fundación Autismo Diario hace un llamamiento para «romper la burbuja del autismo». Desde culturaRSC.com queremos ayudar a pinchar esa burbuja. Está en juego la inclusión social de los autistas. Está en juego su dignidad y la de toda la sociedad.

Juan Royo, director de culturaRSC.com